Hace unos meses tuvimos un gran incendio dentro de uno de los hornos de la empresa de cerámica que comparto a medias con mi marido. Toda una catástrofe de la que nos ha costado mucho recuperarnos tanto en el plano emocional como en el económico. Por suerte, el seguro cubrió gran parte de los daños, y hemos aprovechado para reformar el techo con una empresa de calidad como Cubiertas Estévez para que soporte mejor los cambios de temperatura. Además, hemos prevenido también para que esto no nos vuelva pasar. Principalmente hemos contratado con Ibertrónix, una ingeniería especializada en cámaras termográficas y en la medición de temperatura mediante sistemas termográficos y pirómetros infrarrojos y en la visualización en el interior de hornos, un sistema de medición infrarroja puntual así como la instalación de cámaras para el interior de hornos para que esto no nos vuelva a pasar. Eso sí, en lo emocional ha sido un duro golpe, justo cuando mejor estaba la compañía y teníamos intención de crecer. Animar a mi marido me está costando mucho, pero estoy obligándole a salir y a disfrutar de algo que le encanta: el arte. Y de eso os quería hablar, ya que tenemos la suerte de tener en Madrid obras italianas de entreguerras hasta junio.