En esta vida tenemos que dejar un gran espacio para disfrutar de aquello que nos gusta. No siempre todo es trabajar, porque al final todo esto se acaba en dos días y el mundo se quedará aquí. Así que debemos dar mucha importancia a esas pequeñas cosas que nos hacen felices. En mi caso, mi principal afición es la pintura, y por ello voy a recomendaros la exposición que se acaba de abrir en el museo Thyssen sobre Renoir, a la que he podido ir gracias a que por fin he aprendido a delegar, ya que antes me centraba muchísimo en llevar yo sola mi empresa. Ahora una de mis empleadas de confianza se queda sola algún viernes por la tarde, el mantenimiento informático de la web me lo hace con calidad la empresa Novored, e incluso e externalizado la limpieza de la oficina, que era algo que antes asumía yo también.
Pues bien, el cineasta Jean Renoir escribió que su padre “miraba las flores, las mujeres, las nubes del cielo como otros hombres tocan y acarician”. Frente a la concepción habitual que reduce el impresionismo a la “pura visualidad”, la exposición Renoir: intimidad, la primera retrospectiva en España en torno a la figura del pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), destaca el papel central que ocupan las sensaciones táctiles en sus lienzos, y que pueden percibirse en las distintas etapas de su trayectoria y en una amplia variedad de géneros, tanto en escenas de grupo, retratos y desnudos como en naturalezas muertas y paisajes.
Comisariada por Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, la exposición cuenta con el mecenazgo de Japan Tobacco International (JTI) y presenta un recorrido por 78 obras del artista francés, procedentes de museos y colecciones de todo el mundo como el Musée Marmottan Monet de París, el Art Institute de Chicago, el Museo Pushkin de Moscú, el J. Paul Getty de Los Ángeles, la National Gallery de Londres o el Metropolitan de Nueva York.
Renoir: intimidad permite descubrir cómo Renoir se servía de las sugerencias táctiles de volumen, materia o texturas como vehículo para plasmar la intimidad en sus diversas formas (amistosa, familiar o erótica), y cómo ese imaginario vincula obra y espectador con la sensualidad de la pincelada y la superficie pictórica. La muestra se exhibirá posteriormente en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre el 7 de febrero y el 15 de mayo de 2017.
Mientras que en los retratos de grupo de Manet o Degas, por ejemplo, los protagonistas mantienen la distancia entre ellos y con el espectador, Renoir dota a sus figuras de una cercanía tangible. En sus escenas con dos o más personajes es habitual que estos participen en un juego de alternancia entre el contacto visual y el físico, parejas de hermanos o de madres e hijos en las que uno de ellos mira al otro y este le corresponde tocándole con la mano.
En ocasiones, esos intercambios se establecen en torno a una actividad común, como la lectura de un libro. En el caso de los retratos individuales, Renoir aspira a ofrecer al espectador algo semejante al contacto físico aproximándose todo lo posible. Si Degas rodea a sus modelos de un decorado y unos atributos que hablan por ellos, Renoir tiende a ajustar el encuadre, suprimiendo el entorno para concentrar la mirada en el rostro.
Otros detalles en los cuadros de Renoir que aluden a sensaciones palpables son las cabelleras con las que juegan y se enredan las manos, los perros en brazos de figuras femeninas, los paños o toallas que cubren el pecho o envuelven los muslos, una labor de costura, unas madejas de lana o la espesura de un jardín.
Renoir: intimidad está organizada siguiendo un recorrido temático, en torno a seis apartados: Impresionismo: lo público y lo privado; Retratos de encargo; Placeres cotidianos; Paisajes del norte y del sur; La familia y su entorno y Bañistas.
Actividades complementarias
Además de un ciclo de cine los sábados de noviembre y diciembre, que incluirá una selección de películas relacionadas con la pintura de Renoir y que será de acceso gratuito, el museo organiza, del 26 de octubre al 14 de diciembre de 2016, el curso monográfico “¿Ángeles del hogar? Lo femenino y las imágenes de la intimidad, de Renoir a las corrientes de vanguardia”, en el que se abordará la representación de la intimidad en la pintura de finales del siglo XIX y principios del XX desde una perspectiva de género. Dirigido por Patricia Mayayo, directora del departamento de Historia y Teoría del Arte de la Facultad de Filosofía Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, el curso parte del papel que la burguesía de la época otorgaba a las mujeres, relegadas al hogar en su rol de hijas, esposas o madres, para presentar también otras realidades, como las ofrecidas por mujeres artistas que, a través de sus obras, consiguieron revisar el propio concepto burgués de feminidad. Será a lo largo de ocho sesiones a cargo de catedráticos, profesores e investigadores de centros tanto españoles como extranjeros, entre los que figuran Ana Paula Cavalcanti, profesora de Sociología del Arte y la Cultura, Instituto de Estudos Brasileiros, Universidade de São Paulo; Charlotte Foucher, investigadora del Centre National de la Recherche Scientifique de París; Lynda Nead, profesora de Historia del Arte de la Birkbeck Univesity of London; Estrella de Diego, catedrática de Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense de Madrid o Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza y comisario de la exposición.