Las redes sociales han cambiado totalmente los hábitos de las personas. Hace años no podíamos pensar que nos íbamos a comunicar con famosos a través de un mensaje, que íbamos a saber todo lo que hacía nuestro vecino durante sus vacaciones o que podríamos encontrar trabajo gracias a una aplicación. Las redes sociales tienen un poder increíble, pero como todo en la vida, si no lo sabes usar, si te pasas de su uso, acaba por ser dañino para la salud. Y eso es lo que pasa en algunos casos, donde las rrss nos están provocando una ansiedad que solo se cura si acudes a profesionales.
En primer lugar hay un cambio de comportamiento. No nos mostramos a nosotros mismos. Sobre esto, los profesionales son de la opinión de que nos formamos un “perfil” dentro de ellas y “no damos la cara”. Esto hace que no tengamos filtro y no nos contengamos en cuanto al tipo de cosas que publicamos. Algo que se hace latente en la forma en la que no comportamos dentro de las redes, pero también fuera de ellas.
Algunos de los riesgos de el abuso de las redes sociales son los siguientes:
- Adicción a las redes sociales. Muchas personas, sobre todo adolescentes, no pueden estar más de un minuto sin consultar las redes sociales y sienten ansiedad cuando no tienen acceso a ellas.
- Aislamiento. Como decíamos anteriormente, la comunicación que facilitan las redes sociales también puede suponer una forma de aislamiento para algunas personas que se encierran en casa para relacionarse solo a través de Facebook, Twitter u otras redes sociales.
- Comportamiento antisocial. El hecho de relacionarnos solo en un entorno virtual con otras personas puede producir un comportamiento antisocial.
- La desconexión de las redes sociales puede producir en personas adictas síntomas de ansiedad y de estrés.
Por lo tanto, es preciso realizar un uso responsable de las redes sociales, aprovechar los aspectos positivos que tienen y controlar los negativos. En caso de tener problemas lo mejor es acudir a profesionales de la psicología como la consulta del psiquiatra Dr. José A. Hernández Hernández. Ellos serán los encargados de analizar tu caso, y buscar el tratamiento que se dirigirá hacia el “núcleo” del trastorno, con el objetivo de obtener un rápido alivio de sus problemas, pero a largo plazo ofrecerá también al paciente el entendimiento de sí mismo, proporcionando un cambio positivo y duradero en su forma de ser y de relacionarse.
Obsesión: Compartir lo que hacemos
El New York Times realizó un estudio exhaustivo para averiguar por qué estamos tan obsesionados con publicar todo lo que hacemos. Estos fueron algunos datos curiosos del resultado.
- Casi todos los participantes, casi un 95%, dijeron que compartían contenido porque sentían que este mejoraría las vidas de su audiencia. ¿Tú lo crees así?
- Dos de cada tres participantes (68%) informaron que compartían contenido para poder crear una “persona en línea idealizada” de sí mismos.
- Cuatro de cada cinco participantes dijeron que comparten contenido en línea a fin de mantenerse conectados con otros.
- Cuatro de cada cinco (84%) de los participantes aseguran que “comparten información como una forma de apoyar las causas o marcas por las que se preocupan”.
En la actualidad Facebook se está utilizando por algunos psicólogos para la detección de trastornos mentales puesto que se ha puesto en evidencia que las actualizaciones de estado, los “me gusta”, las fotos, los comentarios, los grupos a los que se pertenece, los eventos que interesan y otros aspectos de Facebook dicen mucho de las personas y pueden servir de guía para la detección de un trastorno mental. Un estudio reciente de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, ha puesto de manifiesto que se pueden extraer gran cantidad de datos de Facebook para obtener un mejor conocimiento de la salud mental de las personas y detectar casos de esquizofrenia.
En una sociedad en la que todos tenemos cada vez más presencia en las redes sociales y estas -a su vez- ocupan más espacio en nuestras vidas, tenemos que saber cómo se pueden utilizar y qué pueden aportar a nuestra vida. No es lo mismo recibir un Me gusta en Facebook, algo más banal, que un reconocimiento en Linkedin, la red social más profesional, relacionada con el mundo del empleo.
Así pues, mucho ojo con las redes sociales que como se suele decir son armas cargadas. Como todo en la vida, hay que tomarlo en su justa medida.