Voy a trabajar, ¿qué zapatos me pongo?

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No sabemos la suerte que tenemos hoy en cuestiones de vestimenta laboral. Actualmente, las son las propias empresas las que persiguen la comodidad de sus empleados. Uniformes más livianos que permiten todo tipo de movimientos, o más reforzados si se necesita protección, un calzado cómodo y adecuado para la situación y menos formalismo, es la tendencia. Basta con fijarse en cómo ha evolucionado el uniforme de los supermercados o incluso, las fuerzas de seguridad del estado o la vigilancia privada. Todo evoluciona de manera que podamos adaptar nuestra vestimenta al puesto de trabajo.

Uno de los elementos que componen la uniformidad laboral es el calzado que, en según qué sectores, debe ser más específico. Aunque en este sentido también hemos progresado bastante y el calzado de seguridad, es bastante más cómodo y liviano de lo que era. Dado que se trata de uno de los aspectos más importantes para preservar la integridad de los pies que sufren lo insufrible en según qué puestos de trabajo, hemos decido redactar un artículo sobre cuáles son los mejores tipos de calzado para acudir al trabajo.

Del mismo modo que eliges la ropa acorde con tu función y desempeño laboral, salvo imposición de la empresa, debes saber elegir el mejor calzado, sin pensar tanto en como luce como en su comodidad. Desde Unicat Vestuario de protección y calidad y como expertos en la materia, nos hablan de esos tipos de calzado que pueden ser más adecuados en cada circunstancia. Es entonces cuando descubrimos con sorpresa que se ha diseñado un calzado específico para teletrabajar. Puesto que no es lo mismo trabajar en una oficina, donde los zapatos más acordes son de cordones o tipo mocasín, que un trabajo que implique estar muchas horas de pie o caminar de manera constante, es fundamental prestar atención al calzado. Uno inadecuado puede conllevar consecuencias peores que la incomodidad. Aunque no lo tengamos presente, un calzado poco adecuado puede generar sensación de cansancio, dolores de espalda, piernas y rodillas, hinchazón de pies, producir juanetes, ampollas o rozaduras, etc. Solución: optar por el calzado correcto.

Dime en que trabajas y te diré que calzas

No es lo mismo estar de pie que sentado, ni caminar que estar de pie. Las personas que trabajan de pie, deben sin duda, priorizar la comodidad, la sujeción y la transpiración. La plantilla del zapato o zapatillas debe recoger el pie para proporcionar la estabilidad necesaria a la pisada. Eso se consigue con materiales confortables y sobre todo, esponjosos. En cuanto a la suela, mejor si es ergonómica para que la pisada amortigüe, antideslizante y a ser posible que no sean rectas del todo y cuenten con una ligera elevación.

Es conveniente procurar calzar zapatos de tejidos suaves y transpirables, anchos y que no opriman los dedos, al tiempo que ofrecen una buena sujeción del empeine y el talón. Por supuesto hay que elegir la talla adecuada y procurar alternarlos y ventilarlos diariamente.

Dentro de los trabajos que se realizan estando de pie, existe una amplia variedad en las que el calzado no tiene por qué cumplir las mismas funciones. Por ejemplo, en el sector de la hostelería, tanto camareros como cocineros, deben utilizar un calzado que ofrezca buena sujeción, permita que el pie transpire, tenga suelas amortiguadoras, flexibles, ligeras y antideslizantes, a la vez que deben poder lavarse fácilmente.

Si nos pasamos a la limpieza, el oficio requiere que aparte de lo más cómodo posible, proteja de los posibles vertidos de productos químicos y ofrezca la sujeción necesaria  y suela que permita evitar los resbalones.

Para gremios como la peluquería o la estética, así como el sector sanitario, lo más adecuado son los zuecos, a ser posible que incorporen sujeción trasera.

Más complicado lo tienen las mujeres que deben llevar tacones por exigencia laboral, como las azafatas. En cuyo caso, lo más aconsejable es que el tacón no exceda los cuatro o cinco centímetros, punta tacón sean anchos y proporcionen buena sujeción.

En entornos laborales donde existe un plus de peligrosidad, como la construcción, antenistas o trabajo en fábricas, el calzado debe ser fuerte y resistente, a ser posible con las puntas reforzadas. Lo más utilizado es botas con cordones que aporten sujeción y protejan el pie.

Los sectores que más pueden repercutir en la salud de los pies, son aquellos en los que se trabaja de pie. Por lo tanto es en estos puestos en los que es más necesario elegir bien el calzado que se utiliza. La sensación de cansancio es menor, ayuda a prevenir enfermedades y problemas en los pies y resto de articulaciones, proporcionando bienestar.

Todo el calzado de trabajo, tiene un uso muy intensivo por lo que debemos poner mucha atención en su elección. Según los expertos en el sector, la mayoría de problemas derivados de no llevar un buen calzado se deben a dolores plantares que se producen por el mal apoyo o una deformación causada por un exceso de horas de pie. La opresión e hinchazón que se produce en las extremidades son otros de los factores que conllevan problemas. Al final, un elevado porcentaje de personas se ve en la necesidad de utilizar plantillas, por lo que la elección del calzado correcto, no debe tomarse a la ligera.

Aspectos a contemplar a la hora de comprar calzado laboral

Lo primero a considerar cuando tenemos que comprar calzado, es su finalidad. En el caso de tratarse de un calzado para el trabajo, las ventajas que tiene adquirir uno adecuado son inestimables. Un calzado adecuado proporciona bienestar, algo fundamental. Su durabilidad suele ser mayor pues se diseñan con esa finalidad y ofrecen mayor confort.

Otro de los aspectos que debemos considerar y tener muy presente a la hora de elegir el zapato adecuado para ir a trabajar, es la plantilla. Poca o ninguna importancia le concedemos a esta parte del calzado. Sin embargo, en el calzado para trabajar, esta parte es esencial, unida a la composición y forma del piso. La plantilla debe tener la anatomía correcta para recoger el pie y permitir la pisada correcta. Muchos de los modelos de calzado de trabajo, incorporan una plantilla extraíble que permite a su vez, ser sustituida en caso de deterioro.

El material con el que se fabrique la plantilla, es igualmente importante. Siendo el látex uno de los materiales más esponjosos y duraderos, junto a espumas de diferente densidad o goma eva.

A continuación, vamos a citar algunos de los errores comunes que cometemos a la hora de adquirir el calzado para trabajar. Con independencia de que sean exclusivos para el desempeño laboral, cometemos errores en los que no deberíamos caer por lo que debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones.

El primero de ellos, el diseño. La sujeción debe primar sobre todo lo demás. Por lo que debemos optar por modelos abotinados que se adapten a la achura del pie mediante cordones o velcros. Hay que valorar las terminaciones internas y obviar los diseños con muchas costuras o mal dispuestas.

Prestar atención a la talla y el ancho del zapato. Es esencial para que la compra sea adecuada. No es conveniente llevar un zapato de talla inferior y tampoco lo es una talla mayor. Comprar un zapato con la esperanza que se adapta con el uso es una temeridad y puede ocasionar problemas serios.

Los materiales con los que se confeccionan los zapatos destinados al trabajo, influyen en gran medida en su confort y durabilidad. Hay que prestar atención a los forros internos que permitan la transpiración del pie.

Un error muy común es no cambiar de zapato y utilizar el mismo, día sí, día también. Lo más conveniente es alternarlos de forma regular, cambiar de calzado a mitad de la jornada puede ser una excelente idea aunque nos cueste asumirlo.

Utilizar los zapatos cuando ya están deformados no es buena idea. Un zapato demasiado usado, puede parecer más cómodo a priori, sin embargo, produce pisadas viciadas que derivan en problemas articulares.

En el caso particular de los zapatos de tacón, se utilicen porque el puesto requiere calzado más elegante, sea exigencia del puesto o por decisión personal, lo mejor es evitar alturas excesivas si no es estrictamente necesario. De ser así, procurar que el tacón tenga la base suficiente para proporcionar la estabilidad adecuada. Si cuentan con una planta de descanso interna, mejor para tener mayor bienestar y confort en la pisada. El ajuste en estos zapatos es por igual sumamente importante, por lo que se recomiendan zapatos con pulsera y que se fabriquen con materiales que aseguren el confort y la adaptación necesaria.

En la actualidad, no se exige tanto formalismo en la vestimenta a la hora de acudir a los puestos de trabajo. Como decíamos al principio, la versatilidad y flexibilidad están a la orden del día, siendo los empleados los que eligen su calzado y vestuario en la mayoría de empleos. Aun así, conviene prestar atención al calzado que elegimos y procurar que sea el más adecuado para realizar las funciones laborales de la forma más cómoda posible y evitar los posibles dolores de pies y articulaciones que derivan directamente del uso de un calzado inadecuado.

 

 

 

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