Era cuestión de tiempo y ya se empieza a notar. Estaba claro que la crisis de la independencia que se está viviendo en Cataluña iba a tener sus consecuencias. La ciudad de Barcelona, todo un referente en turismo, comienza a perder peso. Es más, otras ciudades como Marbella o País Vasco, se están aprovechando de esta situación de inestabilidad para ganar fans entre el turismo de lujo. Y es que los políticos, tanto los de una parte como lo de otra, no se dan cuenta que sus delirios políticos afectan a la población. No obstante, los ciudadanos parecemos hacer oídos sordos y les seguimos como ovejas.
Al parecer ya se observan caídas del 15% en el negocio. Asimismo, se observa un freno significativo de las inversiones previstas. Las reservas ya registran en Catalunya un retroceso del 20%, por lo que, de seguir la actual tendencia, el sector en la comunidad sufriría un descenso de su volumen de negocio de 1.197 millones de euros en el escenario más moderado. El turismo español crecerá este año un 3,1%, un punto menos de lo previsto, si persiste esa tendencia. Datos para concienciar y para cambiar el pensamiento.
Según un estudio realizado por el Consejo Mundial de Viaje y Turismo, WTTC en inglés, Barcelona es la tercera ciudad europea donde más gastan los turistas, después de ingresar 13.600 millones de euros en el 2016. La Ciudad Condal sólo está por detrás de Londres y de Estambul en la lista de ciudades que más dinero ingresa de los turistas extranjeros. Algo que yo siempre he tenido claro y por eso estudié Turismo en la Escuela de Formatic de Barcelona. Gracias a una educación muy práctica, nada más acabar encontré trabajo, pero es cierto que la situación que se está viviendo ahora, nunca la he visto.
Destino jubilados
Lo mismo para con la Autonomía. Cataluña es uno de los destinos favoritos de los jubilados españoles. Para la temporada 2017-2018, el Programa de Turismo del Imserso ha abierto 1,35 millones de plazas por todo el país, y la Costa Brava, Lloret de Mar, Salou y por supuesto Barcelona suelen llevarse una buena porción del pastel. No hay duda de que los hoteles sufrirán esta temporada porque la han comenzado muy mal y al turista no lo convences de que vuelva a Cataluña de un día para el otro. La previsión para 2018 es muy negativa. ¿Estas cosas los políticos no las ven?
De esta manera, los grupos de la tercera edad o estudiantes que tienen que salir el mes que viene, o en enero o febrero, ante la incertidumbre política que se está viviendo prefieren destinos menos conflictivos. Por ejemplo, ahora un grupo que quería ir a esquiar a La Molina [Pirineo catalán] me ha pedido que les busque sitio en Sierra Nevada. Hablamos de ese tipo de peticiones. Un caso parecido al que hemos vivido durante muchos años en España, que nos hemos aprovechado de la situación de tensión en el norte de África para convertirnos en casi el país líder en turistas.
Lo que está claro es que o cambia la situación, que no tiene pinta, o al final todos lo acabaremos pagando. Y es que el turismo crea y genera mucho empleo tanto directo como indirecto.