Si hace algunos años saber inglés era importante, hoy en día se ha convertido en algo indispensable. Se considera uno de los conocimientos básicos. Como saber informática a nivel de usuario o recoger información por internet. Una formación fundamental tanto en el terreno profesional como para poder desenvolverse en situaciones que se nos pueden presentar. Comentamos en este artículo algunas formas de aprender inglés.
Para mí, que después de haber estado en otros sectores productivos, ahora trabajo todos los días delante de un ordenador, me he dado cuenta de que la red está hegemonizada por el inglés. Casi todas las webs interesantes, de las que recabar información, las plataformas de trabajo online y las aplicaciones operan en inglés.
Es cierto que está el traductor de Google y que cuando navegas con Google Chrome tienes la opción de que te traduzca la página al castellano, pero a poco que comienzas a hacer cualquier gestión, si no dominas el inglés estás perdido.
Le comenté a un amigo que es diseñador de páginas web que podía promocionar sus servicios en “Fiverr”, una plataforma online de trabajo freelance. Era una fuente más para obtener encargos. Después de haber rellenado su perfil y haber adjuntado un porfolio bastante completo, se lo tiraron atrás porque no estaba redactado en inglés.
Estudiamos inglés en el instituto, muy de aquella manera. De lo poco que aprendimos no nos acordamos de casi nada. Actualizarnos con el tema de los idiomas es algo que nos tira un poco para atrás, pero lo necesitamos hacer. Igual que estar al día con la tecnología.
Pilar, una amiga que tenemos en Getafe (Madrid), lo tiene claro. A ella le apuntaron sus padres a una academia de inglés cuando era adolescente. Ahora que su hijo estudia inglés desde primaria, no ha dudado en inscribirlo en Brays, una cadena de centros formativos de inglés que operan en Oviedo y en la capital. Las clases están impartidas por profesores nativos. Organizan clases para adultos y ella se está planteando matricularse para refrescar sus conocimientos.
Las academias son una opción para aprender idiomas, pero no la única. Analizamos esta y otras alternativas.
Academias de idiomas.
Las academias es el sistema tradicional de estudiar y perfeccionar un idioma. Dividiendo a los alumnos por niveles, se imparten clases igual que en cualquier centro formativo. Tiene la ventaja de que estás inmerso en un ambiente académico, con más personas como tú que están estudiando lo mismo. Con una rutina de asistencia a clase y presentación de ejercicios que facilita el aprendizaje.
Las clases suelen ser reducidas, lo que permite una atención más personalizada por parte de los profesores. El mismo profesor te guía durante todo el curso académico y gracias a ello puede hacer un seguimiento de tu progresión.
Tener un profesor a tu disposición permite que puedas formular en directo las dudas que te vayan surgiendo. Las clases en las academias son muy diferentes a las que se imparten en los institutos. Sin despreciar la gramática y la sintaxis, se centran más en la conversación y permiten un aprendizaje más orientado a las necesidades reales del alumno.
En detrimento de este sistema, podemos decir que el alumno debe adecuarse a los horarios del centro y organizarse su agenda para asistir periódicamente a clase.
Clases online.
Si bien este es un sistema que ya existía, La Voz de Galicia señala que se ha implementado a raíz de la pandemia del COVID-19. Se trata de un profesor particular que imparte clases por internet. Durante una hora, los días estipulados previamente, un profesor de inglés se conecta con el alumno por videoconferencia, a través de Zoom, Skype u otra plataforma de videollamada.
Hay páginas web que se encargan de poner en contacto a los alumnos con los profesores. El estudiante podrá seleccionar a su profesor entre un catálogo de docentes que presentan su curriculum y su método de enseñanza. Al mismo tiempo, podrá fijar los días y las horas en los que quiere recibir clases. Normalmente, se fija un precio por clase y no hay compromiso de permanencia. Por lo que si pasado X tiempo queremos cambiar de profesor o no queremos seguir estudiando, no hay ninguna penalización.
Son como las clases de refuerzo a domicilio que pudieran recibir tus hijos pero impartidas online. Tiene la ventaja de que las puedes seguirlas cómodamente en tu casa o en cualquier lugar que te encuentres, siempre que tengas un dispositivo conectado a internet. Tienes atención personalizada y podrás organizarte el estudio a tu ritmo.
El problema es que no tienes el ámbito colectivo de estudio que genera una academia; y que las clases se imparten a distancia, por mucho que el profesor se esfuerce, suelen ser menos efectivas que las clases presenciales.
Info-productos.
Son productos digitales que se descargan por internet previo pago. Hay una gran variedad y han alcanzado una cierta popularidad en los últimos años. Son los cursillos digitales de inglés. Existen plataformas especializadas en su comercialización, como Udemy u Hotmart, donde además de cursos de idiomas, encuentras cursos prácticamente de todo lo que quieras.
Dentro de estos info-productos hay diferentes modalidades. Desde cursos grabados en video con sus correspondientes ejercicios, otros que consisten en una colección de sesiones de master class, hasta membresías que incluyen tutorías por videoconferencia y clases en streaming.
Algunos de estos cursillos presentan métodos innovadores, por ejemplo “aprende inglés en 6 meses”. Debemos ser un poco precavidos. Algunos de ellos son realmente buenos, pero una parte de los cursos que se comercializan son deficientes. Si nos decidimos por esta opción es bueno buscar reseñas de personas que lo han comprado con anterioridad y no quedarnos únicamente con la propaganda de su página de ventas. Ten en cuenta que estos productos se venden más por las acciones de marketing de los vendedores que por su calidad en sí.
Los cursillos de inglés no son ninguna novedad. Ya se vendían en los años 80 con clases en casete y material de apoyo impreso que se vendía por fascículos. Es cierto que mediante este sistema estudias completamente a tu aire. Puedes seguir el cursillo en tu tiempo libre, sin estar sujeto a ningún horario y sin compromiso de asistencia a ninguna clase. Puedes suspender el estudio por un tiempo, por circunstancias personales, y retomarlo cuando te venga bien, pero no tienes la atención personalizada que dispones con un profesor, ya sea presencial o a distancia.
Hay personas que han aprendido una profesión estudiando a distancia. Algunos de ellos han incorporado esos conocimientos para su vida laboral, pero siempre es mejor la formación académica que la que se realiza por otros sistemas.
La inmersión.
Conocí una vez una chica rusa que me dijo que aprendió castellano viendo la televisión con subtítulos en ruso. Gracias a los canales internacionales podía sintonizar varias emisoras de habla hispana desde su propio país. Mientras estaba en casa no hacía otra cosa. Aquel ejercicio le ayudó bastante para no ir perdida cuando decidió venir a vivir a España. La última vez que la vi me dijo que estaba intentando hacer lo mismo con el inglés. Se ponía el canal británico en versión original y activaba los subtítulos en ruso.
Existen diferentes programas de inmersión. Los más populares son los “Meet up”, quedadas que se organizan en un bar, donde coinciden españoles y extranjeros y se comunican entre ellos a través del inglés. De esta forma se ejercita el inglés hablado.
Otro sistema bastante popular son los campamentos de inglés. Están creados sobre todo para niños. Son campamentos de verano, donde toda la comunicación entre monitores y alumnos se realiza en inglés.
Esta forma de mejorar el inglés proporciona saltos cualitativos en el dominio del idioma, si bien, a mi parecer, necesitas tener una cierta base. Por lo que son adecuados como técnica de perfeccionamiento, pero no como aprendizaje. Más todavía, si tu nivel de inglés es bajo.
Viajes.
Dice un artículo del periódico La Razón, que coger las maletas y viajar a un país para aprender un idioma extranjero es una experiencia que hay que intentar hacer al menos una vez en la vida. Esto sí que es una inmersión lingüística completa. Además de ser un proceso de aprendizaje acelerado, es una experiencia vital.
Aparte de aprender la lengua, porque no tienes otro remedio, conoces las tradiciones y la cultura del lugar, lo cual permite un conocimiento más profundo del idioma. Observas en vivo porque utilizan unas expresiones u otras, y porque llaman a las cosas de determinada manera. Un idioma no es solo una forma de comunicarnos, sino también un código con el que se articula el pensamiento. Si vemos como vive la gente, podemos comprender como habla y como piensa.
Los cursos de intercambio o las becas para efectuar un curso en el extranjero están pensados partiendo de esta perspectiva. De todos modos, para viajar al extranjero con la intención de aprender un idioma, siempre es bueno tener un cierto nivel antes.
Como vemos, existen varias formas de aprender inglés. Todas tienen sus pros y sus contras. Se trata de elegir la que mejor se adapte a tus necesidades y circunstancias.