En los últimos años la tecnología ha vivido grandes cambios y es que de un tiempo para esta parte se han digitalizado gran parte de los procesos productivos de nuestra sociedad. Esto se debe, sobre todo, a la capacidad que hemos generado de poder interactuar con las personas de cualquier parte del mundo y es que internet nos permite ahora poder tener reuniones con compañeros o compartir nuestros descubrimientos con esas personas en tiempo real. Todo ello unido a la revolución de las computadoras que está permitiendo que todos los descubrimientos que se están haciendo se hagan cada vez a una velocidad más elevada.
En este sentido, más allá de las revoluciones tecnológicas que están creando grandes avances en materia industrial y sanitaria, lo cierto es que los consumidores de a pie también estamos viéndonos beneficiados de nuevos procesos que nos permiten hacer nuestra vida mucho más cómoda. Este es el caso, entre otros, de la domótica y es que gracias a ella podemos controlar gran parte de los parámetros variables de nuestra casa desde el exterior.
La domótica nos permite, entre otros, poder ahorrar energía en nuestras casas y es que si podemos controlar cada segundo que está encendido un elemento, lo cierto es que podemos ahorrar mucho dinero al cabo del año, ya que podemos conectarlo y desconectarlo tan solo el tiempo que sea necesario. Un ejemplo muy claro de ello lo encontramos en los meses de invierno y es que, en lugar de dejar la calefacción puesta al mínimo durante todo el día para tener la casa caliente al volver del trabajo, podemos encenderla desde nuestro teléfono móvil tan solo unos minutos antes de que salgamos de la oficina, con lo que cuando lleguemos, la casa esté caliente, pero sin haber consumido recursos durante toda la jornada. Esta es solo una de las múltiples aplicaciones que tiene la domótica y que os iremos desgranando a lo largo del texto, pero lo que tenemos claro es que la domótica es el futuro de las viviendas. Es por ello por lo que, si no os queréis quedar atrás, nosotros os recomendamos que os pongáis en contacto con Delbin, ya que ellos son expertos en este tipo de tecnología y os asesorarán e informarán acerca de cuales son las mejores opciones para vuestra vivienda. Y es que, como os decimos, las aplicaciones son muy variadas y, entre otras, la domótica nos sirve para:
- Iluminación: se pueden realizar dos tipos de control sobre la iluminación, apagar y encender y/o regular la intensidad desde 0-100%.
- Ambiente o climatización: se puede ejercer sobre los sistemas de calefacción y refrigeración, suele ser sencillo y útil. Se puede realizar la programación horaria basada en una temperatura establecida para el día y otra para la noche.
- Ventilación e iluminación ambiente: la domótica permite abrir ventanas para ventilar, subir persianas, toldos y abrir las cortinas para permitir la entrada de la luz, sin tener que acercarse a cada uno de estos elementos para realizar dicha tarea.
- Apertura y cierre de puertas: la motorización e integración de las puertas y cerraduras electrónicas dentro del control domótico trata tanto de facilitar la entrada a la vivienda como también permitir la salida a personas que hayan accedido a ésta, ya sean visitas, mensajeros, etc.
- Electrodomésticos: algunos nuevos electrodomésticos tienen funcionalidades de alarmas, gestión y avisos remotos, que también pueden ser integradas con otros sistemas de domótica. Las alarmas pueden avisar de una disfunción, como una puerta abierta del congelador o un filtro lleno de la lavadora.
- Equipamiento motorizado: lavabos, fregaderos y otras superficies destinadas a la higiene y el trabajo dentro de la vivienda, ya que la altura de estos puede variar. Sirve para personas de baja estatura o en silla de ruedas y también para personas de estatura normal o demasiado altas.
Asimismo, los sistemas de riego, llenado de piscinas o cualquier otro sistema que demande una gestión y mantenimiento es susceptible de ser integrado en un sistema completo de domótica para el hogar.
Tipos de estándares en la domótica
En la actualidad existen dos estándares básicos en la domótica y su distinción tiene que ver con si este es abierto o cerrado.
- Estándares domóticos propietarios o cerrados. Son protocolos específicos de una marca en particular y que solo son usados por dicha marca. Son protocolos cerrados de manera que solo el fabricante puede realizar mejoras y fabricar dispositivos que hablen el mismo idioma. Esto protege los derechos del fabricante, pero limita la aparición de continuas evoluciones en los sistemas domóticos, con lo que, a medida que los sistemas con protocolo estándar se van desarrollando, van ganando cuota de mercado a los sistemas de protocolo propietario.
- Estándares domóticos abiertos. Son protocolos definidos entre varias compañías con el fin de unificar criterios. Son protocolos abiertos (open systems), es decir, que no existen patentes sobre el protocolo, de manera que cualquier fabricante puede desarrollar aplicaciones y productos que lleven implícito el protocolo de comunicación. En un sistema estándar, si una empresa desaparece o deja de sacar productos al mercado, no afecta demasiado ya que hay otros productos en el mercado que cubren ese vacío.