Estamos en un momento en el que las dificultades siguen estando muy cerca de colapsar muchos negocios. Acabamos de pasar una pandemia que prácticamente todo el mundo da por cerrada, una pandemia que ha hecho que se resquebraje la economía mundial y la de muchos comercios que, en muchos casos, han tenido que cerrar sus puertas. Esa pandemia ha puesto en serias dificultades a todo el mundo y la verdad es que no ha sido nada fácil adaptarse a una situación así. En muchos casos, las dificultades ocasionadas por las restricciones han hecho completamente imposible que hayamos podido obtener esos beneficios que se hubieran reinvertido en hacer crecer a nuestra empresa.
Es evidente que hay muchas cosas a las que nos hemos tenido que adaptar en los últimos tiempos. Las peores paradas han sido, sin duda, las pequeñas y medianas empresas, las pymes, que siempre cuentan con un menor margen para realizar esa serie de avances para adaptarse a la moderna sociedad en la que nos encontramos. Sin la ayuda de las instituciones públicas, con serios problemas para vender sus productos y servicios y con la dificultad que ocasiona el contar con una plantilla corta es muy difícil hacerse un hueco en cualquier mercado.
En una noticia publicada en la página web del diario El País (en concreto, en su sección Cinco Días) se informaba de cuáles eran los tres principales problemas a los que tenían que enfrentarse las pymes en este país. Esos tres problemas son la burocracia (cómo no), la falta de financiación y la morosidad. Cualquier empresa tendría problemas con la combinación de estos tres asuntos, con independencia de cuál fuera su tamaño. No nos extraña que los emprendedores estén pidiendo rapidez en aspectos como el burocrático, que paraliza sus proyectos de manera continua.
Otra noticia publicada exactamente en el mismo medio y la misma sección hacía un balance general de la situación de las pequeñas y medianas empresas en España, poniendo a estas entidades como las más afectadas a causa de la pandemia y de la falta de ayudas por parte del sector público. Dos noticias se entienden mejor juntas y la verdad es que los dos artículos a los que acabamos de hacer referencia son una buena muestra de ello. En ambas, de hecho, se recoge un conjunto de problemas que condicionan de una manera espectacular el trabajo diario que desempeñan las entidades empresariales, entidades que se tienen que buscar por sí mismas soluciones para lidiar con esta situación.
Las pymes son las organizaciones que peor lo han pasado durante la pandemia. Muchas de ellas, además de tener que cerrar sus puertas y no haber contado con la ayuda necesaria, han tenido que adaptarse a una nueva realidad que demanda una mayor eficiencia en el trabajo para hacer posible que exista rentabilidad en el negocio. Y, hoy en día, la mejor manera de conseguirlo, según la mayoría de estos emprendedores, ha tenido que ver con la tecnología. Los profesionales de Programes de Gestió nos han indicado que ha aumentado, desde el final del confinamiento, la demanda de softwares sobre todo en materia de facturación.
Una mejora sustancial de la eficiencia
Trabajar de la mano de la tecnología es mucho más eficaz y eficiente que hacerlo de un modo tradicional y ya hay múltiples datos que lo demuestran. Las personas somos capaces de hacer en una hora lo que antes hacíamos en una semana entera y la verdad es que de eso se han beneficiado unas empresas que ahora disponen de personal que es mucho más efectivo. Ese extra de eficiencia que se ha ocasionado gracias a softwares como de los que estamos hablando es lo que ha permitido que muchas empresas hayan neutralizado las pérdidas y hayan podido sobrevivir a una situación límite como la que hemos vivido.
La revolución tecnológica que estamos viviendo todavía no ha alcanzado su techo y estamos convencidos de que se va a seguir desarrollando de cara a los años que están por venir. Eso va a seguir haciendo posible que la eficacia de los trabajadores siga siendo algo tan real como la vida misma. Las empresas lo necesitan más que en ningún otro momento y la verdad es que la tecnología siempre va a ser la mejor manera de conseguirlo. Además de una persona predispuesta a trabajar duro, las empresas requieren ahora de unos sistemas que completen todo lo que esa persona puede llegar a ser capaz de dar.
Todo eso es importante para cualquier tipo de empresa, lo tenemos claro. Pero para una de pequeño tamaño, esa importancia es todavía más grande. Este tipo de entidades se merecen todas las alegrías que se le puedan proporcionar y la verdad es que todas aquellas que provengan de la tecnología van a reportar muy buenos resultados. Y es que la diferencia entre el éxito y el fracaso puede encontrarse precisamente ahí, en programas informáticos y tecnológicos que nos hagan mejores.